Entrevista a un ex-anciano de los TJ

En primer lugar, muchas gracias Gamaliel, por tu gentileza de invitarme a este nuevo foro. Trataré, en lo mejor posible, de responder a tus interrogantes, que estas respuestas puedan servir para que quienes visiten este foro puedan tener un cuadro más claro sobre los testigos de Jehová.

A mi particularmente me llamaron mucho la atención sus publicaciones periódicas, en especial la ¡Despertad!, una revista que era una especie de mezcla de Selecciones y National Geographic.

Como soy lector ávido, por varios años leí bastante de sus publicaciones, y reconozco que ese “cóctel” de ciencia, historia y religión, me fue bastante atractivo. Y el que algunos de mis amigos de escuela y del vecindario fueran tj, facilitó mucho las cosas para que me fuera involucrando con el movimiento, al grado de bautizarme.

Con relación a que es lo que atrae a la mayoría de los que se hacen
testigos, puedo presumir que es la tónica materialista que tiene su
mensaje, muy parecida a la oferta de los políticos. Es decir, ofrecen
trabajo, vivienda, alimento, salud, paz y seguridad... y dejan en un
segundo plano lo de edificar una relación con Dios, a través de
ejercer fe en el sacrificio de Su Hijo y arrepentirse de los pecados,
elementos básicos del evangelio cristiano (Lucas 24:46-48).

La ineficacia de ese tipo de evangelio en producir discípulos que
aguanten las pruebas, es reconocida por la misma SWT. Basta leer esta confesión, que se encuentra en La Atalaya 15 de julio de 1999, págs. 9 y 13: “En esta sociedad tan preocupada por las cuestiones mundanas, la manera más eficaz de interesar a la gente en el Reino de Dios y ayudarla a acercarse a Jehová es hablándole de la esperanza de la vida eterna en una Tierra paradisíaca. Aunque esto resulta comprensible, los que se unen al pueblo de Dios solo para entrar en el Paraíso no tienen los pies bien asentados en el camino estrecho que lleva a la vida.” “Cuando despertamos el interés de una persona al hablarle de la esperanza de la vida eterna en el Paraíso, ¿centramos nuestra enseñanza solo en el conocimiento bíblico básico y luego destacamos principalmente lo que debe hacer para conseguir la vida eterna? ¿Pudiera resumirse nuestra enseñanza en algo como “si quiere vivir para siempre en el Paraíso, debe estudiar, ir a las reuniones y participar en la predicación”? Si así es, no estamos edificando la fe de la persona sobre un fundamento sólido, y es posible que la edificación no resista el fuego de las pruebas ni el paso del tiempo. Intentar que la gente se acerque a Jehová solo por la esperanza de la vida en el Paraíso a cambio de unos cuantos años de servicio a Dios es como edificar con ‘madera, heno y rastrojo’.”

El artículo citado nos da la clave de cual es la base del evangelio
que predican los testigos, el cual se basa en aspectos periféricos,
que no contribuyen a que la persona estreche una relación con Dios,
sino más bien se le abra el apetito por necesidades materiales que se resolverán a corto plazo. No extraña, que tal como dice el proverbio bíblico:“la expectación pospuesta enferma el corazón” (Prov. 13:12 TNM), muchos que se hacen testigos terminen agotados, desanimados y cansados, porque la espera ha resultado más larga que lo que pensaban, y la recompensa material que anhelan se ve distante, mientras que chocan con las realidades de la vida actual: vejez, enfermedad, hambre, guerra y muerte.

Si el énfasis se diera en los aspectos espirituales, la situación
fuera distinta, pues no servimos a Dios como mercenarios, por lo que El pueda darnos, le debemos servir por amor. Y es esta excelsa
cualidad la que más necesitamos, de ahí que la crisis que azota al
mundo no es de escasez de lo material, sino de lo espiritual. Cuando manifestamos amor, aún los tiempos malos se pueden sobrellevar, pero cuando no tenemos ese sentimiento, hasta los tiempos buenos son una tribulación.

Saludos,

Apolonio